¡Cásate conmigo! Ahí empieza todo

Alicia y Ricardo tienen una relación estable que clasifica como veterana, un vínculo amoroso de esos que provocan envidia de la buena, con todas las condiciones y listo para pasar a la siguiente fase. Ambos están convencidos de que el proyecto es común, es lo que desean y están preparados para ello.

Pero se acerca la fecha y aunque la celebración no es de alcurnia, ese día especial no puede pasar por alto. Alicia comienza a sentirse rara, una mezcla de preocupación, miedo, estrés -ufff-, no entiende nada. Ricardo está más callado que de costumbre y se le ve pensativo. ¿Qué ocurre?

¿Acaso has escuchado hablar del síndrome bridezilla, la neurosis prematrimonial, o el síndrome prenupcial? Pues si tu respuesta fue no, en el artículo de hoy te sorprenderás descubriendo de qué se trata.

Planificar una boda requiere buena comunicación, llegar a un acuerdo en diversas cuestiones, ser pacientes, creativos y durante este proceso pueden aparecer criterios encontrados entre los novios que pueden generar dudas.

Muchas parejas idealizan su relación y la ven como perfecta. Por eso, comenzar a pensar diferente sobre temas de relevancia puede hacernos dudar de la compatibilidad que muchos consideran necesaria para un matrimonio.

Existe además un patrón cultural que condiciona que los hombres vean el acto de casarse y el matrimonio de manera diferente a las mujeres. Esta es otra realidad que puede ser generadora de conflictos en dicha etapa, si ambos miembros de la relación no lo toman en cuenta.

Para Alicia era importante el arreglo floral y para Ricardo la calidad de  la bebida.

Planificar una boda trae en el paquete a ambas familias, situación que complejiza el proceso, puesto que en la mayoría de las ocasiones tienen puntos de vista diferentes sobre la celebración.

A Alicia le gana la duda de si Ricardo cumple sus expectativas, si el amor es recíproco, si es lo que soñó y hasta se sorprende pensando en lo de “la media naranja” y el “para siempre”. -¿Estaremos lo suficientemente maduros, seremos lo suficientemente responsables para darle solución a nuestros problemas?- Se cuestiona Ricardo.