¡Hola Multicubano!

Les cuento que ayer mientras organizaba el refrigerador, me topé con unas barras de pan que ya tenían más de una semana. ¡Ay, el pan! Ese tesoro que nos recuerda las colas en la panadería y las charlas entre vecinos en Cuba.

Desde que llegué aquí, he traído conmigo una obsesión: no tirar comida. Mi abuela Chela siempre decía que botar comida es un pecado, y con razón. En la casa, cada pedazo de pan tenía un destino especial.

Recuerdo como mi abuela al instante se convertía en una verdadera chef, reinventando y adaptando recetas con lo que tenía a mano. Sus dulces eran una maravilla, aparte del exquisito sabor, el amor con el que los preparaba es algo que en nadie he vuelto a encontrar.

Hacía pudín de todo: de pescado (que se lo trajo de su natal Ciego de Ávila), de café, de puré de boniato, de platanito fruta, ‘dulceguayaba’, vainilla, chocolate, dulce de coco y, por supuesto, el famoso pudín de pan. En mi casa jamás hubo pan de la bodega que no se usara, aunque estuviera ya agrio.

Cada vez que aparecía una bolsita de pasitas, Chela la escondía para su receta estrella. Así que, con mi barra de pan en mano, voy a ponerme en función y a compartirte su receta no tan secreta de pudín de pan, un clásico cubano que casi todos llevamos en el corazón.

Empezamos por los ingredientes:
– 4-5 panes o media barra de pan suave (el que tengas a mano)
– 1 latica de azúcar
– 3 huevos
– 2 tazas de leche
– 1 pizca de canela en polvo (opcional) o vainilla
– 1 pizca de nuez moscada (de preferencia)
– Uvas pasas al gusto (si las tienes)
– un chorrito de vino seco

Para la preparación debes:

1. Trocear el Pan: Comienza picando el pan en porciones pequeñas. Esto ayudará a que se mezcle bien con la leche y se deshaga fácilmente.

2. Mezclar los Ingredientes: En un bol o cazuela grande, añade la leche, la vainilla (si tienes), 250 g de azúcar, la pizca de canela en polvo y el vino seco. Luego, incorpora el pan troceado. Deja que todo esto repose durante unos 5-10 minutos para que el pan se ablande.

3. Hacer el Caramelo: Mientras el pan se ablanda, prepara el caramelo. En una ollita o caldero a fuego medio, agrega 400 g de azúcar y remueve constantemente para evitar que se pegue. Ten cuidado de no quemarlo; si lo haces, quedará amargo.

4. Cubrir el Molde: Una vez que el caramelo tenga ese color dorado hermoso, viértelo en un molde y muévelo para que cubra todos los bordes. Igual si el molde es una lata, puedes hacer el caramelo ahí mismo.

5. Terminar la Mezcla: Regresa a tu mezcla de pan y usa un tenedor para deshacer los pedazos que no se integraron bien, hasta que quede lo más homogénea posible. Añade los huevos y bátelos dentro de la mezcla. Por último agrega las pasitas si deseas. También puedes licuar la mezcla en la batidora para evitar grumos.