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Dice mi mamá…

Autor: Paola Rodríguez

¡Hola multicubano!

Sin miedo a equivocarme estoy segura de que si ahora mismo saco papel, lápiz y empiezo a enlistar las frases más ‘emblemáticas’ e icónicas de mi mamá a lo largo de mi vida, verás a la tuya reflejada ahí.

Yo la verdad no sé dónde repartieron ese diccionario exclusivo, pero de que todas las madres cubanas tienen uno, lo tienen.

Por ejemplo, ¿tu mamá también te dijo alguna vez que tranquilidad viene de tranca? Esta amenazadora frase es resultado de una buena perreta o mal comportamiento por nuestra parte que las obligaba a utilizar la intimidación como arma. Y también puede ser sustituida por de esta no te salva ni el médico chino en dependencia de la gravedad de lo que hubiéramos hecho.

A ellas no les importa la edad, el grado o nuestra independencia, si andábamos manda’os y sumba’os entonces nos dejaban bien clarito un: ¡tú no te mandas sól@!

Y si era una raya detrás de otra, un disgusto como dice la mía, una queja de la maestra, la gotica que les colma el vaso, espera la vieja y confiable: ¡me tienes la vida hecha un yogurt!

Jamás de los jamases encontrábamos lo que buscábamos o nos mandaban a buscar, pero ellas remataban intimidantes con un ¿a qué voy y lo encuentro? y si la cogiste con el moño virao’, cambia por ¡A que no vaya yo y lo encuentre!

Mamá limpia, cocina recoge, lava, trabaja y por supuesto que si cambiábamos algo de lugar o  soltábamos un -mamá alcánzame esto- podían encolerizarse ‘sutilmente’ así: ¿tú te crees que tienes criada? o ¿tú te crees que esta casa es un hotel?

Después de que los niños en el mundo juegan en la sala de la casa con cuanto tareco encuentran, la madre ordena todo, pero la cubana aparece para recordarnos que tenemos que recoger todo, ‘porque si no lo recoges, se lo doy al primero que pase’.

Siempre fueron muy previsoras del futuro, cuando nos obligaban a tomar alguna clase, no nos dejaban salir tarde, nos inculcaban un hábito, nos castigaban por lo mal hecho o cualquier cosa que si bien no podíamos entender era porque ¡algún día me lo agradecerás! o lo que es casi lo mismo ¡porque lo digo yo y punto!

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Nadie es más resolutiva que una madre cubana.
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¿Cuántas veces intentaste probar fuerza? No importa lo que dijera, nosotros seguíamos justificando, hasta el punto que nos hacía reflexionar ¿en qué idioma tú entiendes las cosas?

Debo admitir que nos gustaba buscarles las cosquillas, pero para frenar el carro antes de que aceleráramos, ellas sacaban su propio PARE: ¡el horno no está pa’ galleticas!

Aunque casi todas estas frases son hijas de lo revoltosos que fuimos de niños y son una herencia popular compartida no sé cómo entre miles de madres cubanas, no son lo más importante de su esencia.

Cada una de ellas es súper amorosa y capaz de quitarse lo suyo para que no nos falte nada nunca. Son nuestro primer amor y lo mejor de nuestras vidas.

Pero ahora dime tú multicubano, ¿qué otra frase épica dejaba dicha tu mamá cuando le llenabas la cachimba?

¿Por qué multicubano?
¡Ahh, te explico enseguida!

Prestamos múltiples servicios con destino Cuba, y quienes lo utilizan son cubanos esparcidos por diferentes lugares, cubanos en múltiples lugares…
MULTICUBANOS!

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