¿Eres de los que piensa que la costumbre es más fuerte que el amor? Cuántas veces no hemos escuchado o repetido esa famosa frase e incluso estado en tal disyuntiva.

Lo cierto es que el tiempo pasa factura y se vuelve inevitable con los años que las parejas caigan en la monotonía en algún momento, pero ¡hey! no todo está perdido. Quédate hasta el final de este artículo porque hoy te traigo las mieles sobre qué hacer para intentar romper con esa rutina.

Lo más importante es la comunicación, ambos deben hablar sobre cómo se sienten al respecto. Si se trata de algo que está experimentando uno o los dos y descubrir qué sucede. No siempre se llega a ese punto por las mismas causas, y por eso las soluciones suelen ser distintas en cada relación.

Busca los puntos de conexión: El componente emocional es muy importante. Volver sobre aquello que un día les hizo hacer clic, una película, canción o lugar puede ser toda una máquina del tiempo.

Encontrar tiempo para uno mismo: Independientemente de la pareja y su vida en común, cada uno debe tener sus ilusiones y espacios personales. Salir con amigos (as), ir al lugar que tanto te gusta o darte un baño de esos que son toda una jornada de acicalamiento con su efecto rejuvenecedor/renovador.

Recuerda que todo parte de uno y para poder transmitir buena energía, tenemos que sentirnos bien con nosotros primero. Evitemos culpar al otro por todo lo que nos pasa y por no saber canalizar nuestras emociones y problemas. Se trata de complementarse mutuamente y encontrar soluciones juntos.

No se cierren al cambio: No se logra un resultado diferente haciendo siempre lo mismo. Si bien es bueno planificarse, querer tener todo siempre bajo control o de la misma manera se interpone a la espontaneidad y por ende lleva a la rutina.

Por un día que no se limpie la casa por estar cansado/a, que vayan a comer fuera en lugar de cocinar o que se acuesten más tarde por ver una película, no se va a acabar el mundo. El tiempo se disfruta más cuando hacemos lo que nos gusta.

Los pequeños detalles no deben perderse. Ese “te traje esto porque sé que te gusta” o “vi esto y me acordé de ti” son formas sencillas de alegrarle el día a cualquiera. También se trata de empatía, de pensar en el otro.