
Quien quiera que haya convivido o esté conviviendo con un pequeño ha tenido la experiencia de presenciar en algún momento una perreta. Las perretas también conocidas por los cubanos y las cubanas como BERRINCHES, RABIETAS, PATALETAS, reflejan un momento de desajuste del comportamiento infantil provocado casi siempre por una FRUSTRACIÓN. Sin embargo, varias cosas pueden contribuir a darles un buen tratamiento. Comparto contigo 8 claves para conseguirlo.
8 claves para el manejo de las perretas infantiles
-RECONOCE cuándo el niño o la niña está a punto de la pataleta. Trata de identificar lo que desajusta o pudiera desajustar su comportamiento, las cosas o situaciones que más le frustran.
-DEDÍCALE unos minutos de calidad. Cuando un niño o niña está cansado o sobre excitado, es más susceptible a la frustración. Por ejemplo, cuando tu hijo llega de la escuela y tiene tareas escolares o domésticas por hacer es probable que haga un berrinche. Antes de que esto suceda o mejor aún en cuanto lo veas revitaliza la relación entre uds (recuerda que han estado por varias horas o muchas lejos uno del otro), ayúdale a sentir que está en casa y a cargarse de alegría.
Nadie mejor que tú para saber qué mimos o gestos afectivos son más efectivos para incrementar el bienestar de tu niño. Cuando pase al momento de realizar la tarea estará en mejores condiciones emocionales.
-OFRECE al niño o niña señales de que se está molestando o irritando. Ayúdale a tomar conciencia de sus emociones, a reconocer su malestar. También puedes prepararlo para una posible frustración mostrándole que existen posibilidades de que su deseo no se cumpla, al menos como esperaba o en el plazo deseado. Háblale de las cosas o actividades que se pierde cuando le da una perreta.
-EVITA la indiferencia o la permisividad. A las rabietas hay que atenderlas bien. Hazle saber y sentir que no te dejarás manipular por ese comportamiento, que no le servirá para conseguir cosas. Cuídate de caer en la trampa de mostrarte molesto o intransigente un rato y luego terminar accediendo a su deseo.
-DESVÍA su atención hacia otra cosa, ocúpale en algo y acompáñale cuando su comportamiento se desajuste. No prestes atención cuando exagera, pero sí en cuanto esté calmado o muestre señales de estar en camino a calmarse. De esta manera se irá haciendo la idea de que sus reclamos se atienden cuando los realiza de manera adecuada y controlada.


-APROVECHA sus buenos comportamientos, sobre todo aquellos en los que ha intentado llamar la atención de manera positiva y reconócelo de varias formas (con frases estimulantes, sonrisas, abrazos, aplausos).
-SÉ ejemplo de cómo expresar la frustración sin perder el control y en los casos en que esto te ocurra (que espero sean pocos) muestra cómo pedir disculpas.
-MANTÉNTE controlado cuando afrontas una perreta y cualquier tarea educativa de tu niño. Para propiciar su regulación emocional tienes que autorregularte.
De muchas formas puedes prevenir y eliminar las perretas infantiles, por lo que sólo te insistiré en la importancia de asumir este desorden del comportamiento como un reto y una oportunidad para ejercer tu influencia positiva en la educación emocional de un niño, de contribuir desde bien temprano a que desarrollen recursos para satisfacer sus necesidades y afrontar frustraciones sin acudir a las perretas.
Si estas claves te son insuficientes y necesitas conversar más al respecto puedes hacerlo miércoles o domingo de 3 a 6 pm, vía online, pero recuerda sacar tu cita, si no, déjame un mensajito y disfrutamos de una buena charla y un rico café.
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