Año nuevo ¿otra vez?

Autor: Paola Rodríguez

Luí usa sandalias y ropa cómoda, se acompaña de una muleta y sale todas las mañanas a recorrer el barrio. Siempre que encuentra algún conocido le sonríe y se le pierden los ojos en sus rasgos orientales. Hace ya 27 años que Luí vive en la Residencia de Abuelos Chinos…

No hay rincón en el mundo donde no hayan llegado los chinos. Cuba, en específico, alcanzó la cifra de 40 327 habitantes y aunque el número disminuyó con el tiempo, continuó su influencia en la vida comercial y cultural de la capital.

Con uno de los barrios chinos más grandes de América Latina, ubicado en este caso en el corazón de Centro Habana, era de esperarse que muchas de las costumbres del país asiático formaran parte también de nuestras actuales tradiciones. ¿Quién puede resistirse al encanto del arroz frito  o de las maripositas chinas?

Aunque muchos brindamos por la salud y el bienestar el 1ro de enero, hay otro inicio de año que merece celebración: el Año Nuevo Lunar, festividad tradicional más importante del calendario chino.

También conocido como Año Nuevo Chino o Festival de la Primavera, el calendario lunar del gigante asiático varía cada año en el calendario gregoriano. En 2024, dará comienzo el 10 de febrero y finalizará el 28 de enero de 2025, marcando el inicio del Año del Dragón de Madera.

Según la astrología china, el dragón es un símbolo de buena suerte y poder, mientras que la madera representa el crecimiento y la renovación. La celebración se extiende a lo largo de 15 días, culminando con el gran Festival de las Linternas el 25 de febrero, cuando se sueltan al cielo por la noche lámparas decoradas con mensajes de gran valor sentimental.

Celebración del Año Nuevo Lunar en el Barrio Chino de La Habana.

En los días previos a esta celebración las familias aprovechan para limpiar la casa a fondo (suelos, armarios, camas, cortinas…) y también llevan a cabo cualquier ‘ritual’ tipo: peluquería o masajes, con tal de llegar purificados al nuevo ciclo. Las calles se decoran con murales y linternas rojas, ya que el color rojo también aquí es sinónimo de prosperidad y de buena suerte.

Nadie habla del pasado estos días para no atraer o dejar que permanezca la mala suerte, ni se castiga a los niños, sino que se les da el llamado “dinero de la suerte” en sobres que también son de color rojos para fomentar en ellos el ahorro y la atracción de fortuna a la familia.

Durante dicho período, los pobladores celebran el cambio con cenas familiares y se reúnen con sus seres queridos. Incluso, algunas comunidades retoman las tradiciones antiguas del festival y oran por sus antepasados, veneran dioses y rezan por la paz y los buenos tiempos.

Unidad, prosperidad y esperanza son los tres pilares que simbolizan al festival más tradicional del pueblo chino. Su intención del Año Nuevo es “darle la bienvenida a la felicidad que se apodera de la buena suerte, demoler lo viejo, traer lo nuevo y orar por una buena cosecha” a lo largo del año.

Hoy, para desear un ¡Xin Nian Kuai Le! (¡Feliz Año Nuevo!) en mandarín, es fundamental entender la riqueza y profundidad de  una celebración que trasciende miles de generaciones e historia.

Multicuban@, ¿conoces algún otro detalle de esta celebración? Déjamela saber en los comentarios. Mientras, ¡Qué la  prosperidad y la alegría del Año del Dragón de Madera llegue a todos!

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