El arte de discutir bien

Autor: Paola Rodríguez

¡Hola multicubano!

Aunque en Cuba podemos asociar la palabra discutir con conflicto, ‘fajazón’, y hasta piñazos (puñetazos) en un contexto más bien cercano a la violencia, en este artículo queremos que quede estrictamente referida el término discusión a los debates y argumentaciones que tenemos con otra/s persona/s.

¿Te ha pasado que siempre pierdes la paciencia y la calma? ¿Que en tus discusiones nunca sientes que los demás te entiendan? o que ¿te desgastas demasiado en discusiones que no te llevan a ningún sitio?

Si alguna de tus respuestas resultó afirmativa, quédate porque hoy te estaré compartiendo algunos tips que te ayudarán a dominar el verdadero arte de discutir. Y quise hacerlo porque, aunque parezca contradictorio, discutir no es malo. De hecho es natural y se da en todas las relaciones interpersonales.

En algún momento con tus amigos, compañeros de trabajo, familiares, pareja o cualquier relación que establezcas, es normal que tengan diferentes puntos de vista, que una misma situación se perciba y se sienta de forma diferente para ambas partes y es allí donde tener habilidades que te permitan intercambiar de la mejor manera, va a cambiar drásticamente los resultados.

Ciertamente, discutir bien implica:

  • Dejar de querer tener la razón siempre: Aunque nos parezca que nuestro punto de vista es el más relevante e incluso lleguemos a sentirlo desde lo más profundo de nuestros pensamientos y sentimientos, es de suma importancia estar abiertos a que también podemos estar equivocados o que desde un contexto más amplio o diferente puede que no estemos totalmente acertados.
  • Escuchar de forma activa a la otra persona: Esto significa respetar lo que nos dicen aunque no sea lo mismo que pensamos, nada que ver con esa frase de -te escucho para responderte porque sé que estás equivocado-. Entender lo que la otra persona sintió, cómo ve la situación y cómo la expresa, podrá ayudarnos a llegar a una conclusión más acertada del conflicto.
  • Aprender a resolver el conflicto actual sin sacar los asuntos del pasado: No es válido mezclar una discusión actual con algún error que la otra persona tuvo en el pasado, eso debió quedar resuelto antes o haberse conversado desde dicho conflicto y no mezclado al actual para ganar partido y dejar en una peor posición al otro.
Meme
Aunque mucho podemos bromear sobre el asunto, es un tema serio.
  • No cortar -o interrumpir- a la otra persona o imponer lo que pensamos por encima de lo suyo: Esa persona tiene el mismo derecho de expresarse que nosotros, no tenemos por qué no escucharla, ignorarla o cortarla en medio de su momento. No se trata de ‘omitir intro’ o de ‘las cosas son como yo lo digo porque sí’. Llegar a un punto de acuerdo implica más flexibilidad en las diferencias, escuchar y esperar a ser escuchados con el mismo respeto.
  • Pedir perdón cuando hemos dicho algo que le ha dolido a la otra persona: Aunque resulte difícil dar nuestro brazo a torcer o parezca que cedemos, saber disculparnos ante un error puede hacer cambiar la actitud de la otra persona, pues mientras más rudos seamos, es probable que también él o ella lo sea.
  • Hablar con respeto y poner límites si nos faltan el respeto: De igual manera que asumiremos la conversación con respeto, no podemos permitir que nos agredan verbalmente, actúen de forma grosera o desentonada hacia nosotros. Busca otro momento para hablarlo, de ser posible cuando la cosa se enfríe un poco.
  • No decirle a la otra persona lo que sabemos que le va a doler: Podemos discutir sin llegar a utilizar las palabras, recuerdos o circunstancias que al otro sabemos que le duelen. No caigamos en bajezas tampoco.
  • Aprender a hablar en primera persona: Cambia el tú me has hecho por el yo he sentido y es probable que ambos cambien la perspectiva y se entiendan mejor.

Transformar las tensiones, diferencias y obstáculos en oportunidad de crecimiento es posible. En definitiva no ganamos nada yéndonos de una discusión donde dejamos por el piso a la otra persona, satisfechos solamente con haber tenido la última palabra o haber sido quien alzó más la voz.

No hay mejor sentimiento que a partir de las diferencias, llegar a un punto donde si bien no nos entendimos o convencimos del todo, comenzamos a aceptar otros puntos de vista, que también son válidos.

Sin embargo, si estos consejos no te son suficientes o de plano no sabes cómo aplicarlos y  sientes que tus discusiones se salen cada vez más de control, te recuerdo que en nuestras citas de apoyo emocional podrás encontrar los recursos necesarios para desarrollar buenos ejercicios de discusión.

Nuestra especialista, la Doctora Liz Cabañas te espera para acompañarte en tu proceso. No, no estás solo/a.

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Prestamos múltiples servicios con destino Cuba, y quienes lo utilizan son cubanos esparcidos por diferentes lugares, cubanos en múltiples lugares…
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