A todo el cubano que esté sobre los 30, le puedes preguntar cómo pasaba la noche del 31 de diciembre y te dirá lo mismo: mirando Sabadazo. En aquellos difíciles 90, ver ese programa religiosamente representaba un soplo de brisa fresca, una carcajada permanente y la identificación con cada uno de los personajes. Hubo un negrito aguajoso, bronquero, de hablar medio enrevesado, del que todos nos enamoramos: Boncó.
Cuando me enteré de que se llama Conrado, reprimí un ataque de risa. No me burlo del nombre, sino de la seriedad que porta, y se suponía que quien encarnara a Boncó fuera como el mismo personaje, ¿no? Pues no: nada de problemas del habla, ni de “aguaje”, ni de manotear con un pañuelo. Es una persona educada, que usa el dicho correcto en el momento preciso, y habla desenfadadamente de la vida que ha vivido a su manera.
Para empezar a hablar con él, tuve que ser honesta conmigo misma, ¡tenía que preguntarle por Sabadazo!
1- Desde Sabadazo (que yo recuerde) siempre contaste con el cariño del pueblo, ¿crees que ese pueblo te sigue siendo fiel?
Yo empecé como aficionado y en Pagola la Paga, y Sabadazo representó el mayor crecimiento profesional. Ahora, gracias a las bondades de Internet, hay muchas personas que están redescubriendo o descubriendo mi trabajo. Estoy recibiendo muchísimo cariño desde Cuba, y me encantaría trabajar allí de nuevo.
¿Y el personaje Boncó?
Claro que soy Boncó, por siempre Boncó. Me alegra que me digan en todos lados “Boncó”.
2- Tu carrera ha estado basada, en cierta forma, en tu raza, en ser un negro que habla con su aguaje, en un mundo que sigue siendo racista. ¿te imaginas qué hubiera sido de tu vida si fueras blanco?¿serías humorista igualmente?
Si hubiera sido blanco… hubiera sido humorista, hubiera contado mis historias. Quizás hubiese sido gordo, y me habría reído de mí mismo, hubiera disfrutado de ser gordo, de lo que sea… Yo hubiera vivido mi vida de la misma manera, no importa el color. Si hubiera nacido en el mismo barrio, tenido la misma crianza y los mismos padres, hubiera sido el mismo comediante, independientemente del color, porque soy un producto de mi entorno, y de todo lo que me ha rodeado en la vida.
3- Después de un éxito innegable en Cuba, decides lanzarte a la gran aventura de radicarte en los Estados Unidos ¿Qué recuerdas que aquellos primeros tiempos?
Si bien es cierto que Fernando Hidalgo me dio una gran oportunidad, pero en verdad le debo mucho a José Carlos Pérez Córdoba, más conocido como Carlucho. Gracias a su gestión, tuve un contrato de trabajo en Miami que me permitió venir de España. Hicimos “La Cosa Nostra” juntos. Ya aquí tuve la oportunidad de trabajas con muchas personas que me abrieron sus espacios: Juan Fernando Hidalgo, Los Fonomemecos. Tuve el apoyo de mucha gente, de muchos amigos de antes que ya estaban establecidos aquí.
4- De vivir en Santos Suárez a residir en Miami, de trabajar en clubes en Cuba a ganar no una, sino dos gaviotas de plata en Viña del Mar 2019, tras haber enamorado a un público muy difícil ¿cómo logras manejar el éxito sin que se te suba pa’ la cabeza?
Yo creo que sigo siendo el mismo, trato de ser el mismo. Si pierdo mi esencia, voy a perder casi toda la fuente de mi trabajo. Empecé siendo “un negrito del barrio”, haciendo ese humor que representaba lo que vivía en ese momento en mi vida: era el Boncó del aguaje, y lo sigo siendo, aunque me he superado mucho.
Ahora, por supuesto, tengo otro modo de vida, tanto social como económicamente, PERO (lo dijo así, en mayúsculas) yo nunca olvido de dónde vengo. Yo siempre aprendí que si te olvidas de dónde vienes no sabes a dónde vas. Sigo siendo de barrio, dicharachero, bailarín, contento, jodedor, y eso lo llevaré a donde sea que esté.
Esa es la esencia de Boncó, y es lo que sube siempre al escenario. Ese es Boncó, es mi personaje, y nunca lo voy a olvidar. Haber recibido las “Gaviotas” no me cambiaron como persona, aunque como artista significó mucho: he recibido más ofertas de contratos, he tenido más exposición internacional, hasta el salario que percibo al trabajar en distintos lugares.
Recuerdo que mi papá me decía: “Negrito, tú puedes perder el techo, pero nunca pierdas el piso”, y eso es lo que intento: ser siempre el mismo. ¿Saben quiénes me ayudan a ser el mismo? Mis amigos, mi familia, mi esposa. Bendigo a esos amigos de siempre, que me dicen “oye negro, ¿qué tú te crees? ¡Aterriza, anda!” cada vez que me despego del piso. Quien no arrastra amigos, nunca a va a arrastrar alegría. Ese es uno de mis principios: siempre conservar a los amigos.
5- Llega el trabajo con Multicuba, ¿qué te representa?
Yo vivo en Miami desde 2005, y tengo a mis hijas en Cuba. Me he perdido la crianza de ellas. Antes, estando en España, pasaba trabajo para comunicarme con ellas. Esperaba a los domingos, después de las 10 de la noche, para aprovechar las tarifas más bajas. Es por eso que, para mí, lo más importante es aquello que facilite la comunicación. Mis campañas con Multicuba están enfocadas no solo a las recargas, sino a la comunicación.
Gracias a Multicuba y nuestro trabajo, hablo con mis hijas a cada momento, ¡ahora mismo estoy hablando con ellas! Es por eso que me gusta trabajar con Multicuba, porque me facilita comunicarme con lo que más quiero: mis hijas.
Para terminar, les cuento que “sus niñas” no son las únicas: hay unos jimaguas que lo mantienen muy entretenido. Y eso que están apenas en la escuela elemental…¡que se prepare cuando tengan 15! De trabajo no se queja, pues gracias a Dios nunca le falta. La comunicación con sus niñas (las dos de más de 20, pero siguen siendo sus niñas) se mantiene de manera continua, y sueña con volver a trabajar en Cuba ¡Y los cubanos quieren tanto tenerlo de vuelta!
2 Comentarios al Artículo:
Humor 100% cubano: Boncó Quiñongo, de Cuba para el mundo
Me encanta Boncó, disfrutaba Sabadazo cuando era una niña, era mi programa preferido. Gracias Blog Multicuba por este artículo!!!
Gracias Lena por tu comentario!
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