¿’Mala suerte’ en el amor?

Autor: Dra. Liz Cabañas

“Eso de enamorarse, definitivamente no es para mí… Dice mi mamá que no tengo ojo clínico para reforzar -lo que ya sé- que tengo mala suerte en el amor. Voy para 33 años y siempre ha sido de una relación en otra, acumulando fracasos. Mis amigas de la universidad ya suman su segundo hijo, pero yo al parecer ando predestinada a ser la eterna tía”.

Leer este testimonio de seguro nos lleva siempre a pensar en alguien que conocemos o incluso a identificarnos; no porque exista tal cosa de la mala suerte en el amor (aunque respeto los puntos de vista de los que culpan a la suerte), sino porque con mucha frecuencia hemos visto personas que experimentan dichos sentimientos con respecto a las relaciones de pareja.

Razón por la cual hoy Hagamos una pausa en su sección mensual toma cartas en el asunto en esta polémica sobre la cual vale la pena reflexionar. La invitación es a mantenerte leyendo hasta el final, pueden sorprenderte algunas ideas que hasta te harán cambiar tu punto de vista… y si eres la protagonista de la historia, quizás hasta te mejore el ‘ojo clínico’.

La mal llamada mala suerte amorosa -valga la redundancia- se divide en dos partes: la primera es a la hora de encontrar pareja y la segunda: a la hora de mantener una relación de pareja estable. Comencemos analizando ¿por qué para algunos puede resultar difícil encontrar pareja?

Muchos piensan que el físico es el factor número uno, pero realmente las investigaciones demuestran que otras causas son más comunes. La principal de ellas es la autoestima. Lo que proyectamos a los otros tiene que ver con lo que pensamos de nosotros mismos y si realmente nos vemos como personas poco agraciadas, poco interesantes, nos victimizamos y reflejamos esto a los demás.

Dicha actitud negativa y pesimista hace que no despertemos interés en los otros; por el contrario, cuando irradiamos seguridad, confianza y alegría -propias de una autoestima alta- despertamos muchas emociones al pasar. Es definitivamente la actitud con la que nos vestimos en la mañana la que genera impacto en los otros.

¿Qué sucede entonces con aquellas personas a las cuales no le funciona ninguna relación? ¿Se le deja a ‘la suerte’?

Que una relación de pareja sea duradera es multifactorial, o sea que depende de cuestiones como:

  • El sentimiento entre ambas partes.
  • El compromiso que tengan en el vínculo, que ambos estén en la misma página, tener intereses similares y querer lo mismo de la relación.
  • La calidad de la comunicación.
  • El ajuste de las reglas: cada vínculo tiene sus códigos, sus conceptos y acuerdos sobre cómo llevar la relación, códigos que son únicos y una vez establecidos deben respetarse.
  • La sexualidad ajustada a cada relación: recuerda que lo que funciona para unos puede que no funcione para otros.
Parece meme, dirán algunos/as.
Parece meme, dirán algunos/as.

Por supuesto que podría continuar una interminable lista de factores así que no, no podemos dejárselo todo a la pobre suerte.

En muchas ocasiones la búsqueda de pareja se convierte en una obsesión que lleva a apresurarse y a no elegir de forma consciente. Es muy importante que cada uno sea capaz de conocer lo que quiere y necesita, y por ende lo que busca en un vínculo afectivo con el otro.

Cuando ajustamos esa expectativa a una persona con la que además existe la atracción mutua, entonces estamos en el camino correcto. Si se toman decisiones que se alejan de dichas necesidades, es probable que no se sienta la satisfacción esperada y se vea la relación como un fracaso.

Es cierto que aquello a lo que llamamos química a veces es tan fuerte que aleja todo lo racional y es también una elección vivirlo intensamente aunque no cumpla con los estándares personales. De la misma manera, tenemos la opción de no intentar repetidamente cambiar al otro o convertirlo en lo que esperas, simplemente aceptarlo.

Entender que la gran mayoría de las relaciones son funcionales temporalmente es madurez emocional y nos lleva a alejar de nuestra mente el tan dañino sentimiento de fracaso. No existen parejas perfectas, ni requisitos indispensables que debe cumplir el otro para ser una buena elección.

Cada relación es única, de la misma manera que cada persona lo es. Es por ello que soy de las que elije dejar a la suerte a un lado en estos casos y usarla solo cuando me aventuro a la ruleta. No obstante, abro debate ¿Qué piensas tú al respecto?

Como de costumbre no me despido sin antes brindarte soluciones. Si tú o alguien cercano te vino a la mente con el artículo de hoy, recuerda que en Multicuba te ofrezco un espacio de apoyo emocional, confidencial, gratuito y al alcance de un clic.

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