“Me miro al espejo y todo lo que veo me resulta novedoso, a veces raro y otras no podría describirlo, cambios a los que adaptarme que no son lo que esperé o soñé. Mi pelo rizado que a Jessi le parece éxotico y que desearía yo lacio como el de Shanti. Mi cuerpo muy delgado carente de las curvas que quisiera tener y Shanti a mi lado sintiendo que le sobran curvas y destruyen sus sueños de pasarelas. ¿Por qué tan inconformes, tan variables nuestros gustos y criterios? ¿ Quién nos comprende? ¿Quiénes somos? Adolescentes nos dicen y el término al parecer lo explica todo.”

Hoy Hagamos una pausa llega a los corazones de los lectores más jóvenes, aquellos apasionados que cuando aman lo hacen con toda la intensidad, de la misma manera en que se muestran rebeldes, leales y estrictamente exigentes. Hoy hablamos de los adolescentes, los cuales transcursan por una etapa de la vida de la que mucho se ha hablado, sobre todo con un enfoque crítico de la misma.

La propuesta de hoy es conocer la otra cara de la moneda; ofreciendo una serie de estrategias para ayudarlos a que transiten por la misma, sin que afecte su salud mental:

• Entender que somos diversos es el primer paso tanto física como psicológicamente, de igual manera en que tenemos gustos y preferencias disímiles.
• Comprender que los cambios nos asustan, nos sorprenden pero al mismo tiempo son necesarios para nuestro desarrollo.
• Aprender a apreciarnos, a aceptarnos, a gustarnos, a sentirnos seguros y a confiar en nosotros mismos, con el objetivo de fortalecer la tan de moda autoestima.

“Jessi me dijo que no pensaba ir a la descarguita, me alarmé y un impulso me llevó a molestarla. Luego comprendí que ser amigos no significa interesarnos por las mismas cosas o tener el mismo criterio, significa poder expresar nuestros puntos de vista, poder discrepar, respetarnos y disfrutar de la amistad.”