¡Hola multicubano!

Huevos, leche y azúcar pueden ser la fórmula básica para varios postres. En el caso de los cubanos, el rey de todos quizás sea el flan, al menos para mí tiene el primer puesto. Le gané el gusto con mi abuela, la experta de nuestra cocina. Aprendí a hacerlo añadiéndole diferentes sabores e ingredientes; por eso hoy te comparto algunos de mis secretos.

Puede que conozcas la receta casera (la clásica) para prepararlo, pero en caso de que no, te la comparto:

Necesitarás 2 latas de leche, 5 huevos, 2 vasitos (de medir el arroz) de azúcar, 1 cucharadita de esencia de vainilla; y para el caramelo tres cucharadas más de azúcar. Como nota o sugerencia de mi abuela: siempre que puedas sustituye la leche por leche condensada y en ese caso solo utiliza un vaso de azúcar.

Todos esos ingredientes los echas en una batidora y los mezclas bien, una vez que tengas esa mezcla, preparas el caramelo. Vas a coger tu molde (yo solía usar una lata picada) con las tres cucharadas de azúcar y lo pondrás a fuego medio hasta obtener el caramelo y con cuidado de no quemarte, embarras todo el borde interior.

Luego, viertes la mezcla que tenías en la batidora en tu vasija de metal y la pones en baño maría dentro de la olla de presión durante 30 minutos, asegúrate de tapar bien el recipiente con la mezcla para que no se bote. Puedes usar una jabita de nylon fijada con una tira de tela.

Otra alternativa es hacerlo en el horno. En este caso, deberás precalentarlo a 190-200 grados. Igual debes colocar tu recipiente en una bandeja de horno (esas que tienen cierta profundidad, o en alguna olla no tan grande que te quepa dentro del horno de forma que puedas cubrir tu molde hasta la mitad y hornear entre 45 y 60 minutos.

Para cuando esté listo, entonces solo debes dejar refrescar, antes de sacarlo.

En la cocina no hay nada mejor que innovar con diferentes gustos y sabores. Así que si quieres añadirle algo distinto te cuento cómo  prepararlo con café, coco, chocolate, frutas e incluso queso. Y lo mejor ¡es súper fácil!