Fotografía: Uno de los lugares donde debemos evitar las discusiones es en donde dormimos.

¡No discutas aquí!

Autor: Emily Torres

¡Hola multicubano!

Hace unos días dejaba un artículo por acá sobre la importancia de trabajar en el control de nuestras emociones e impulsos. El tema tiene mucha tela por donde cortar y  justamente por eso pienso seguir dándole tratamiento. Hoy abordaré un poco sobre las discusiones, que si bien muchas veces parecen inevitables; hay algunas que se deben como mínimo posponer. Quédate hasta el final y entérate de qué se trata…

Yendo a los tecnicismos; una discusión es una conversación entre dos o más personas sobre un tema en específico con sus puntos de vista y termina en acuerdo, desacuerdo o en conclusión. Una discusión también puede ser una disputa, un altercado o un conflicto que se sale de las manos.

Vamos a aterrizar el concepto a la convivencia, que cliché o no; la convivencia es complicada. Cuando convivimos con otras personas, ya sea por obligación o por decisión propia, siempre habrá conflicto de intereses, malos entendidos y por supuesto, discusiones. Sin embargo, hay escenarios en los que debemos evitarlas.

  • Delante de los niños: Como padres las posibilidades de tener una pelea frente a los niños son muy altas, pero tengan o no razones de peso para entablarla hay pautas que no se pueden ignorar. Los niños son como esponjas y por naturaleza van a reproducir lo que ven, si delante de ellos se grita, se agrede o incluso se cae en violencia física, ellos van a normalizar ese comportamiento para luego imitarlo. Si por el contrario, existe la madurez de abordar los problemas delante de ellos sin faltas de respeto y de la forma más civilizada posible (centrándose en la solución y no en tener la razón) entonces le estarían dando habilidades y herramientas muy buenas para su desarrollo en la sociedad. Otro dato útil por acá es que si están molestos entre ustedes no utilicen a los hijos o los involucren en eso; no los hagan tomar un bando en situaciones ajenas a ellos. No hay necesidad de decirle porque tu mamá esto o tu papá aquello porque aparte de manipularlos, estarían condicionando la forma en que ven a uno u otro y a medida que crecen eso es peor. Si el niño se adapta a tomar un bando cuando sus padres discuten, él también aprenderá de qué bando estar de acuerdo a su propia conveniencia, así que tacto con esto.
  • En el lugar que dormimos: El cuarto o dormitorio es ese espacio de la casa asociado con la privacidad, el descanso e incluso con placer, pero ciertas acciones pueden romper con ese esquema como discutir en él. Tener una discusión acalorada en este lugar alimenta emociones negativas como alteración, ira, enojo y eso provoca problemas para conciliar el sueño. De hecho, hay especialistas que corroboran esa explicación, señalando que pelear de noche aumenta la posibilidad de dormir mal. Lo recomendable es tener esas conversaciones incómodas en otro lugar como la sala, el portal o fuera de casa.
Perder el control de nuestras emociones frente a otros es un extremo al que no podemos llegar.
Fotografía: Uno de los lugares donde debemos evitar las discusiones es en donde dormimos.
  • En lugares públicos: Cuando hablamos de tener discusiones fuera del hogar no nos referimos en lo absoluto a gritos ni faltas de respeto, sino a un intercambio de opiniones calmado y lo más ameno posible. Si no leíste los tips del otro día, te recuerdo que es importante evitar confrontaciones y desacuerdos con la cabeza caliente, por lo tanto, para abordar el tema ya debemos estar más tranquilos. Imagina que pierdes el control en un restaurante por un malentendido, por no ser capaz de controlar un impulso, luego de “armar un show” llegas a casa, conversas con tu pareja (o la persona con la que fuiste), se entienden, resuelven el problema y todo marcha con normalidad. Piensa en las personas que estaban presentes, quienes te atendieron en ese lugar y presenciaron la escena o que vuelves otro día con otro semblante y actitud y están de nuevo…qué pena ¿verdad?

Entonces, creo que algo queda más que claro por acá y no es matraca, caballero; dejarnos llevar por estos impulsos, perder el control y peor aun frente a otras personas, es algo en lo que debemos trabajar. Si no tenemos la capacidad de abrirnos a un punto de vista distinto en determinado momento, pospongamos la alarma. Pensemos que hay consecuencias irreversibles, que el daño que provoquemos en otro sea verbal o físico funciona bastante parecido al experimento del clavo en la pared, que aunque lo quitemos, luego queda el hueco para recordarnos que algo pasó ahí.

Ahora bien; si te sientes identificado con alguno de los ejemplos anteriores, piensa que equivocarnos es de humanos y que nunca es tarde para enmendar nuestros errores, de hecho, reconocerlos es el primer paso. Multicuba puede ayudarte a manejar esto; nuestras citas de apoyo emocional son siempre gratuitas.

¡Recibe ayuda profesional de nuestra psicóloga y reserva tu cita totalmente confidencial! Además de eso, déjame saber en los comentarios qué te parece este tipo de artículos y si crees que pueden ser de ayuda. ¡Siempre los leo!

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