“Autoayuda”

Había pasado casi un año sin trabajo y aunque intenté conseguir empleo en otros lugares, todos me rechazaban por lo mismo. Por supuesto, nunca me dijeron directamente que era por mi inseguridad y falta de autoconfianza. La mayoría del tiempo soy así, desgraciadamente, y estoy consciente que no lograré nada con esta actitud. Pero siempre que trato de convencerme que soy capaz de hacer las cosas, una parte de mí, me demuestra que no es así. Hace dos días un amigo me llamó para una entrevista de trabajo. Pensé que de nada valdría presentarme hasta que por mi cabeza pasó una idea descabellada. Tomé el móvil y frente al espejo llamé a cierta persona para conminarla a platicar. Allí se encontraba, esperando con la cabeza baja cerca de las líneas de tren. Me acerqué con pasos imponentes y le planté cara. Intentó decir algo pero no se lo permití. Oímos las bocinas de un tren y le escuché sollozar. Tomé sus brazos e hice con los míos un fuerte agarre. Sus lágrimas surcaban su cara y pude ver su rostro de pánico. Ambos sabíamos qué pasaría a continuación. El día de la entrevista obtuve la única plaza disponible.